El Museo del Athletic de Bilbao
El Museo del Athletic, situado en los bajos de la Tribuna Principal de San Mamés, ofrece una exposición temporal con un gancho evidente porque ¿quién no ha hecho o intentado completar una colección de cromos de jugadores de fútbol? Casi un millar de cromos y medio centenar de álbumes que repasan toda la historia del club, década a década, han sido reunidos para una muestra donde cualquier aficionado o curioso podrá encontrar un recordatorio inmediato de su niñez o juventud.
Un siglo de cromos es como se ha denominado una muestra que toma el relevo de otras monográficas organizadas por el Athletic, como fueron la relativa al himno, la conmemorativa de La Gabarra o la de homenaje a la figura de Frederick Pentland, uno de los técnicos más exitosos que ha dirigido a los rojiblancos a lo largo su centenaria vida y que también tuvo su espacio en el museo de La Catedral. El título encaja a la perfección con la historia del Athletic, por cuanto la primera colección de la que se tiene constancia corresponde a 1911 y, a modo de curiosidad, en la misma se explicaba el reglamento y cómo se juega al fútbol. Pero es en 1915 cuando aparece el primer cromo con una alineación al completo del Athletic, en concreto la que ganó la edición de la Copa de 1911.
Durante la década de los 20, los cromos fueron un soporte utilizado por diferentes marcas de tabaco, chocolate o bebidas refrescantes. No será hasta la postguerra cuando salen a la venta los primeros cromos para que la gente los compre por sí mismos, sin necesidad de adquirir aquellos artículos de consumo diario que los adjuntaban como un detalle hacia el cliente o a modo de reclamo. Desde entonces, año tras año los cromos de fútbol se han comercializado y, lo que es más importante, han pasado de mano en mano, generando una actividad ociosa y fomentando la fórmula socializadora del trueque, que se mantiene hasta nuestros días, pese a la irrupción de las nuevas tecnologías en los hábitos de los jóvenes.
Para dar empaque a la inauguración de esta exposición, cuya apertura correspondió a Josu Urrutia, muchos jugadores de diferentes épocas del club se dieron cita en el acto. Desde los más veteranos, como Leandro Iraragorri, Miguel Etxaniz, Plácido Bilbao, Jesús Renteria, Javier Esturo, Gonzalo Beitia, a los más jóvenes como los actuales Fernando Llorente y Mikel San José, o Rafa Alkorta y Ritxi Mendiguren, así como otros que podríamos situar en medio de los anteriores, casos de Madariaga, Iribar, Txema Lasa, Andoni Goikoetxea, Patxi Bolaños, Carlos Purroy, Carlos Meléndez o Miguel de Andrés.
El presidente utilizó la figura de "la máquina del tiempo" para ilustrar el carácter evocador de la iniciativa. Y llegó a decir que "ahora que nos vamos haciendo mayores es bueno revivir esos momentos de ilusión que producía el hecho de abrir un sobre de cromos". Acertó. Minutos después se pudo comprobar cómo los exfutbolistas y el público en general recorrían con avidez los múltiples paneles donde se habían colocado cuidadosamente álbumes y cromos, empleando para ello casi un kilogramo de alfileres.
Esta formidable recopilación se debe en gran medida a la labor del bilbaino Joseba Moro, quien en colaboración con Asier Arrate, responsable del museo rojiblanco, empezó hace más de un año a preparar la exposición. Detrás hay casi tres lustros de rastreo y clasificación, pues Moro se inició en este hobby con motivo del Centenario del Athletic: "Empecé a comprar cromos de temporadas anteriores, rescaté algunas que tenía guardadas en casa de la madre y seguí con ello".
Apenas un 20% de lo que ha recopilado es lo que puede verse en San Mamés. El propio Moro lo explica así: "Lo que hay aquí es lo más vistoso, pero tengo unos 7.000 cromos, sin contar los álbumes. El problema es que este museo donde se pueden encontrar cosas espectaculares, como camisetas o trofeos muy difíciles de ver, no dispone de suficiente espacio. En el tema de los cromos existe un mercado bastante importante, no es como la filatelia, pero en ferias e internet es posible acceder a muchas colecciones antiguas.
Solo por ver con el cromo de cada una de las veinte temporadas de Piru Gainza en el Athletic, desde 1939 a 1958, récord absoluto de fidelidad a unos colores, o las 18 de Iribar, ya merece darse una vuelta por la exposición, pero hay bastante más con lo que deleitarse y recordar los tiempos en que salíamos a la calle con los cromos, en tacos sujetos con gomas, a cambiar.